Laverdad.es.- Según datos de Impact Databanck, el vino blanco fue el líder indiscutible tanto en consumo como en crecimiento en EEUU. El vino tinto continuó creciendo más lentamente.

Aunque el mercado está dominado por los vinos nacionales, los vinos franceses e italianos están ampliamente introducidos desde hace años. Asimismo destaca el fuerte crecimiento de la importación de vinos australianos, argentinos y chilenos en los últimos años que han situado a Australia, Argentina y Chile en como el segundo, tercer y cuarto puesto por volumen de sus importaciones con un aumento de las mismas respecto a 2011 de un 11.6% 32,4% y 38,9%, respectivamente.

España es el sexto suministrador de vino importado en valor y en volumen de 2012, con un 6,33% y un 7,0% de la importación respectivamente.

Los vinos americanos no tienen la tradición europea de la Denominación de Origen. Una gran mayoría son mono varietales, de uvas de diferentes orígenes, fundamentalmente francesas.

La uva blanca Chardonnay es la principal variedad de la producción nacional. A continuación entre las cinco primeras, aparecen dos varietales blancas, White Zinfadel y Suavignon Blanc, y dos tintas Merlot y Cabernet Suavignon.

En cuestiones de regulación EEUU es un país de 50 países. Las pautas son diferentes en cada uno de los Estados y, en ocasiones, incluso en un mismo Estado.

La introducción de vino en EEUU ha de realizarse necesariamente a través de un importador con licencia federal, que revende el vino a los distribuidores / mayoristas estatales, y estos, a su vez, lo distribuyen a minoristas. Es el sistema llamado de tres escalones. En este sistema los tres escalones son obligatorios por ley, con lo que no es posible exportar directamente a los consumidores.

El conocimiento del vino del norteamericano sigue siendo escaso, aunque creciente, en este mercado, el producto español cuenta con la desventaja de hacer entender el sistema de denominaciones de origen, poco familiar para el consumidor estadounidense.

El producto debe ser bueno y, además, hay que acompañarlo con una actividad promocional. Al consumidor estadounidense le gusta que le aconsejen, por ello en este mercado son importantes los prescriptores de opinión; entre los que destacan el famoso RobertParker Jr con su publicación “The Wine Advocate” y la revista “Wine Spectator”. Una buena crítica de un prescriptor puede ser el espaldarazo definitivo para cualquier vino.

Sin embargo los prescriptores suelen ser muy exigentes, normalmente solo catan vinos disponibles e EEUU y reciben constantes muestras para su evaluación.

También hay que destacar  el potencial e importancia  que internet, el “e-comerce” y las redes sociales están teniendo los últimos años para la industria vitivinícola. Twiter y Facebook representan un canal directo de comunicación y dialogo activo con los usuarios y consumidores.

Como consecuencia las bodegas exportadoras ya se han iniciado en las redes sociales (cerca del 40% ha dado el salto entre 2011 y 2012). Una herramienta a la que el 15% de las compañías dedica más de 10 horas semanales a su actualización y mantenimiento, sin embargo, tan solo la mitad, un 50%, incluye las redes sociales en su estrategia de marketing.

Para terminar les dejo con mi reflexión personal respecto a todo lo dicho anteriormente, es evidente que no nos podemos saltar los famosos tres escalones, por ley, “importador con licencia, distribuidor/mayoristas estatales”.