El Mercurio.cl/.- Nuevas cepas y vinos, tierras y operaciones productivas. Estas son las apuestas del plan de expansión definido por Emiliana, viña de la familia Guilisasti, con miras a fortalecer su presencia en el mercado vitivinícola como la mayor exportadora y productora de vino orgánico del país.

Para ello, indicó el gerente general José Guilisasti, la compañía invertirá US$ 14 millones de aquí a 2015. De esos, US$ 7 millones ya fueron destinados para adquirir hace unas semanas 150 hectáreas en Casablanca, que pertenecían a Toronto Trust. Ahí, además, invertirán US$ 1 millón en la implementación de nueva tecnología agrícola que les permitirá aumentar la eficiencia productiva de esas plantaciones. La apuesta es lograr una producción de 20 toneladas por hectárea y mano de obra de 40 jornadas versus las 120 jornadas actuales y una producción de 10 a 12 toneladas.

A esto se suma la construcción de una planta embotelladora propia, que estará ubicada en el valle del Maipo, en un terreno de cuatro hectáreas que compraron este año. El proyecto, que implicará una inversión de US$ 4 millones, debiera comenzar sus obras en los próximos días, para así estar operativo en marzo de 2015. Guilisasti indicó que actualmente el proceso de embotellado lo tercerizan a Viña Morandé, pero que a partir del próximo año lo harán ellos mismos con la nueva planta, que tendrá una capacidad de producción de un millón de toneladas.

En paralelo, Emiliana está en negociaciones con cuatro operadores eléctricos (dos chilenos y dos extranjeros) para instalar en sus campos una planta fotovoltaica que aporte al SIC y a la vez les permita a ellos abastecerse de energía limpia para sus bodegas. “La meta es que alguien produzca energía solar dentro del campo y la entregue a la línea, y firme con nosotros un contrato de abastecimiento a 10 años. De esta forma, nos hacemos cargo también de la energía que consumimos, ya que todo lo que gastemos se va a producir dentro del campo”, señaló el ejecutivo. Comentó, además, que este desafío de eficiencia energética les significará invertir US$ 1 millón para adecuar sus instalaciones.

 

Nuevos vinos

El plan de crecimiento de Emiliana contempla, asimismo, la renovación de 50 héctareas con variedades nuevas, para lo cual se destinará otro US$ 1 millón. Se trata de cepas como Nebiolo y Bonarda, además de otras dos que no están en Chile: Nero d’Avola (una de las más conocidas de Sicilia) y Albariño (cepa blanca de España). La idea es lanzarlas al mercado en dos años.

En paralelo, están trabajando en un segundo vino ícono que esperan vender el próximo año. Hoy el más importante es Gê (biodiámico), y el nuevo estará por sobre este. Pertenecerá también a la categoría de vinos biodinámicos y será una mezcla de Cabernet Sauvignon, Syrah y Carménère. Su valor, estima José Guilisasti, bordeará los US$ 500 la caja, frente a los US$ 300 del Gê, mientras que la botella a precio público rondaría los $70 mil.