Cada vez que la industria del vino sufre alguna crisis, ya sea un dólar bajo o una gran helada, las voces de fusiones o adquisiciones comienzan a sonar con fuerza. Y este año no fue la excepción. Por eso, para este 2014 se espera un rearme en la industria, que podría derivar en una concentración en menores actores.

En los últimos meses, varias bodegas se han visto seriamente golpeadas. Las heladas en Casablanca generaron perdidas entre el 20% y hasta el 50% de la producción.

A esto se suma que el vino a granel comenzó una baja considerable, debido a la mayor producción de países como España, Argentina y Australia, lo que ha llevado los precios a la baja de este tipo de producto, que en Chile ha crecido con fuerza.

Esto ha generado que muchos viñateros ya hayan comenzado a buscar  alianzas estratégicas para consolidar stocks o en su defecto, abrir nuevos mercados gracias a la experiencia de viñas exportadoras.

Esto se gráfica en grandes grupos vitivinícolas que desean complementar su oferta de vinos mediante la compra de activos de bodegas en problemas financieros y que deseen desprenderse de la operación.

Es el caso de Viña AguaTierra, donde el norteamericano James Pryor -que vive en Chile desde hace años- tomó la decisión de vender su  proyecto de vida para continuar desarrollando nuevos emprendimientos.

El principal comprador de la uva que produce va directo a Cono Sur, ligada a Viña Concha y Toro, de la familia Guilisasti y Larraín.

La oferta ha llegado a los escritorios de los grandes grupos viñateros. Sin embargo, aún no logra convencer a sus interesados.

EFECTO DÓLAR

Pero no todo lo negativo podría derivar en fusiones o adquisiciones. Uno de los factores que podría ayudar a una concentración en la industria es la mejora que ha evidenciado en los últimos meses el sector, principalmente gracias al alza en el tipo de cambio y el mejor desempeño que están experimentando los mercados de Estados Unidos y Europa.

“Estados Unidos está prácticamente fuera de la recesión, tiene un nivel de consumo de productos de lujo superior al que se evidenció previo a la crisis. Tenemos también a una Europa tímidamente mejorando”, destaca el socio de Viña Montes, Aurelio Montes.

De hecho, la piedra angular de las proyecciones al alza corresponden  a la mejora en el tipo de cambio. En menos de dos meses la industria recibió un respiro con el salto de $490 a $530 que experimentó el dólar.

Mario Pablo Silva, gerente general de la viña que lleva su apellido, sostiene que si bien vendrán fusiones y compras, en el año que viene no será un factor preponderante.

“De seguir mejorando el dólar y las exportaciones, la posibilidad de que aumenten las fusiones y la compras deberían disminuir”, acota.

Pese a ello, algunos se preparan para enfrentar un escenario más abierto a movimientos de este tipo.

El área de gestión de inversiones de Andes Wines desde hace dos años inició un protocolo de búsqueda de inversionistas -viñas extranjeras principalmente- que estén buscando hacer negocios con Chile. Para ello, la firma prepara un evento del Círculo de Inversionistas del Vino en el mes de enero 2014.

El gerente general de Viña Undurraga, Ernesto Müller, admite que otras firmas están en planes de compras.

“La mejora de márgenes genera que haya más caja en las compañías, y que proyectos de inversión que estaban congelados como fusiones y compras se reactiven”, sostiene el ejecutivo.

Mientras, más cauteloso se muestra Wilfred Leigh, gerente general de Bethwines -ligada a Bethia, de Liliana Solari- que maneja las viñas Indómita y Santa Alicia.

“Creo que pesa más el hecho de no poder desarrollar exitosamente estrategias  de desarrollo  y  de comercialización de mercados, tanto local como de exportaciones. Quién no es exitoso en esta fase del negocio tiene que  explorar la posibilidad de alianzas para consolidación de ventas”, acota el ejecutivo.

Sin embargo, aclara que por ahora los planes de Bethwines van por la senda de seguir bajo un crecimiento orgánico durante el año que se asoma.

Fuente: Diario Financiero